lunes, 3 de septiembre de 2012

Fluir con el continuum

Desde que empecé a leer más en la red sobre crianza con apego leía comentarios por allí sobre el Concepto del Continuum y al principio me sonaba a algo parecido a esos movimientos new age y como que no cachaba de que se trataba y aún cuando el blog de Cuatro en la cama ilustra bastante bien con fragmentos del libro y hasta con ejemplos en su día a día, no ha sido sino hasta que he recurrido a la fuente original y leído tres veces que he entendido verdaderamente de que va. No es un libro fácil de leer y no tanto por los conceptos que maneja sino por lo chocantes que llega a ser al confrontarnos con la crianza que nuestros padres ejercieron en nosotros y aquella que nosotros mismos estamos siguiendo con nuestros hijos. Sin embargo es un libro que merece la pena y que en cada lectura me aporta algo nuevo. Hay tres preceptos que me han quedado bien grabados: el respeto a las necesidades de los bbs, la confianza en que nuestros hijos aprenderan a comportarse como deben en la sociedad inmiscuyendolos en nuestro vida cotidiana sin necesidad de estarles enseñando directamente y la necesidad de dejarlos hacerse cargo de su propia seguridad. 
 
Y es que en esta sociedad que cada vez nos mete más en la cabeza que hasta para aprender a decir por favor y gracias hay que dar lecciones en el aula (siii, yo presencie esta clase en un kinder al que fui a visitar en los años que Di fue escolarizado) es fácil perder de vista el educar con el ejemplo. ¿Pero como educar con el ejemplo si la mayoría de los padres no están en casa? ¿De quién tomaran los valores que queremos que aprendan? ¿Del vecino? ¿De los compañeros de escuela?  Los medios nos saturan y nos venden la idea de que no importa el tiempo sino su calidad y los padres lo compramos por que si no ¿como enfrentarlo si tienes que salir a trabajar? La calidad es más importante que la cantidad  se convierte en el mantra que nos hace superar el día a día lejos de nuestros hijos. Y así a  los ojos de la mayoría 15 minutos de juegos y sonrisas son mejores que dos horas de pedidos y pataletas, pero lo que se nos esta olvidando es justo lo que Jean Liedloff ilustra en su libro:  los niños estan todo el tiempo aprendiendo, observando como reaccionamos ante determinadas situaciones e interiorizando nuestro comportamiento. Y si, estoy de acuerdo estar todo el día en casa con los niños para gritarles, o tenerlos aparcados frente al televisor o en el corralito tampoco vale.  De lo que se trata es de hacer nuestra vida de adultos pero con ellos alrededor para que aprendan de nosotros todas esas normas sociales que nosotros mismos seguimos y si hay algo que no nos gustaría que aprendiensen pues entonces a cambiar por que de nada servirá decir "no hagas lo que yo hago sino lo que digo". 

Hay más de lo que quiero hablar sobre todo en lo concerniente a la seguridad pero el bb me reclama ahora así que lo dejo para después.  Y ya sólo añado como Ben me ha ayudado mucho ultimamente ilustrando de manera positiva y me ha dado gusto constatar que a su tan corta edad:

1.-  Un día hace ya varios meses el pidiera agua en uno de los vasos con popote en los que suele beber su hermano y que haya sorbido de él con toda naturalidad como si supiese hacerlo de toda la vida,

2.- Que otro haya recogido la ropa sucia que le quite para bañarlo y la haya llevado hasta el cesto de la ropa sucia y que cada vez que encuentra alguna ropa tirada aunque no sea de el la lleve al cesto, y que si se le pido que lo haga lo hace,

3.- Que cada vez que nos ve cepillandonos los dientes pida su propio cepillo para "cepillarse",

4.- Que cuando estoy tendiendo la ropa al sol se ponga presto a tomarla del cesto para pasarmela y ayudar,

5.- Que un día decidiera que ya era tiempo de usar cuchara a la hora de la comida y ahora siempre la pide y ya se maneja bastante bien con ella,

6.- Que una noche se metiera entre las sabanas de la cama para acomodarse y pidiera pasarle su libro para "leer",

7.- Que a veces cuando me ve recoger sus juguetes se pone el también a meterlos a su canasto y que si le pido que lo haga lo hace, aunque sea para volver a sacarlos todos al minuto de darme la vuelta : P

8.- Que cuando salimos a cosechar los jitomatitos al jardín él se involucre también.




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