viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Sin ataques?

Laura nos invita a participar en la tercera edición del Carnaval de Blogs con la pregunta ¿Podemos defender el homeschooling sin atacar a la escuela? Otra vez llego tarde y hasta me voy a repetir con con lo que ya expresó Ana en su entrada pero yo quería explayarme un poco más:

Mi respuesta es un definitivo noooooo.

Aunque uno adopte una actitud proactiva y al hablar del homeschooling  nos limitemos a hablar sólo de lo bueno que es, de lo bien que nos funciona a nosotros (sin hablar de lo inadecuada y arcaica que la escuela es tanto en la práctica como en su concepción) aún cuando también expresemos que creemos que en la escuela también se puede aprender y desarrollarse bien si los padres se involucran y los pofesores se comprometen, habrá personas que tan solo por el hecho de haber decidido hacer algo diferente a ellos se sentiran atacados y cuestionados y más aún si quienes preguntan son personas que han considerado la escuela en casa pero por diversos motivos no se han animado.  Para ellos es aún más ofensivo pues tienen mayor conciencia al respecto. Y para ilustrar mejor mi punto lo comparo con el hecho de aquellas madres que querían dar pecho pero que vieron frustradas sus lactancias. Cuando les hablas de lo lindo que la lactancia materna es aún cuando no menciones nada sobre el biberón ellas parecen sentirse juzgadas e inmediatamente se ponen a la defensiva como si uno les estuviese atacando directamente (para muestra un botón que me cayo como anillo al dedo).  Por supuesto esto nada tiene que ver con nosotros sino con nuestro interlocutor que es quien lo percibe como ataquen y no estoy segura de que se pueda hacer algo al respecto por que al menos yo no pretendo educar a nadie más que a mis hijos. 

Yo he notado esta situación no solo con los conocidos que me preguntan sobre el homeschooling y mis razones sino también en el mundo virtual.  Y más aún si el interlocutor tiene algo que ver con la enseñanza.  Todavía no puedo olvidar la cara de interés mezclado con contradicción de unos amigos míos que son profesores retirados cuando tuvimos una charla al respecto y aunque las razones les parecieron muy válidas seguían estufefactos ante la idea. 

Yo creo que como la mayoría de los seres humanos fuimos educados por la escuela, enseñados a aspirar a ser todos iguales, a seguir un el mismo ciclo vital (educarse-trabajar-consumir) cuando encontramos alguien que se sale del esquema enseguida sin pensarlo desde lo más profundo de nuestro ser las alarmas empiezan a sonar.  Lo cierto es que me parece que de entrada no toleramos la diversidad por que atenta contra el status quo que nos han adiestrado a respetar.  Sólo después de un buen trabajo de instrospección y búsqueda personal algunos consiguen librarse de ese lastre y no solo toleran la diversidad sino que la abrazan en su totalidad como nosotros los homeschoolers :P

sábado, 24 de noviembre de 2012

Diez reglas para conseguir buenos hábitos alimenticios

Después de mucha espera y ansiedad finalmente he brincado el charco y ya llevo varios días por acá sola. Hay días que me cuestan un poco pero la mayor parte de ellos los sobrellevo mas o menos bien gracias al montón de trabajo que tengo pendiente y a la buena actitud que procuro tener. Y en mis ratos de distracción por las noches antes de dormir he podido por fin leer el libro de  French kids eat everything y tengo varias cosas que comentar al respecto pero por lo pronto solo quiero ponerles la lista de las 10 reglas que hay que seguir para conseguir que los niños coman un menú variado sin dramas en la mesa.  Las reglas:

1.- Padres:  ustedes estan a cargo de la educación alimenticia de sus hijos. Crear reglas familiares con respecto a la comida y seguirlas.  Ser firme a la hora de ofrecer la comida.  Permitir elecciones pequeñas como que fruta comer de postre pero no la elección completa del menú.
2.- Evitar poner un aspecto emocional a la comida.  La comida no es un pacificador, una distracción, un juguete,un soborno, una recompensa o sustituto de disciplina.  Procurar enfocar a los niños en que la comida es una fuente sensorial de placer enseñandoles a enfocarse en los sabores, colores, texturas, etc.
3.- Los padres programan el horario y el menú. Los niños comen lo que los adultos comen, no sustitutos ni nada de pedidos a la medida. Y sabiamente hay que procurar un platillo que si coman en cada menú y servir porciones pequeñas (si quieren más se les da la opción de pedirlo).
4.- La comida es social.  Comer los alimentos con la familia en la mesa sin distracciones. Esta es una buena oportunidad para pasar un buen rato en la mesa y para que los niños vayan aprendiendo no solo las convenciones sociales al comer sino sobre diversos temas.  Con esta regla también se educa en la variedad ya que no hay distinciones y todos comen lo mismo.
5.- Comer vegetales de todos los colores del arcoiris.  No comer el mismo platillo principal mas de una vez a la semana. Añadir variedad a los platillos que a los niños ya le gustan, como por ejemplo servir pasta con salsa de tomate un día y con una salsa cremosa al otro, o utilizar un queso diferente cada vez que la servimos.
6. Para niño dificiles:  No te tiene que gustar pero tienes que probarlo.  Para niños quisquillosos:  No te tiene que gustar pero tienes que comerlo. Los niños necesitan ser firmemente alentados a tratar nuevas cosas para que lleguen a gustarles.
7.- Limitar los "snacks", idealmente uno por día (maximo dos) y no en un horario muy cercano a alguna de las comidas principales. Entre las comidas esta bien sentirse hambriento.  Come hasta que te sientas satisfecho en lugar de lleno.  Los niños tienen un sensor natural para distinguir cuando estan satisfechos y por eso es importante no alentarlos a seguir comiendo cuando ellos ya han expresado que no quieren más para evitar que pierdan esa sensibilidad. 
8.- Toma tu tiempo para cocinar y para comer.  La comida lenta es comida feliz Los niños son comedores lentos por naturaleza así que no hay que meterles presión para que coman más rápido. 
9.- Comer principalmente comida real hecha en casa. Dejar los gustos poco saludables para ocasiones especiales. Nota: la comida procesada no cuenta como comida real así que también hay que procurar limitar su consumo. 
10.  Comer es alegría no estresarse.  Trata las reglas como habitos o rutinas más que como estrictas regulaciones, esta bien relajarlas de vez en cuando, la idea es crear habitos saludables que duren de por vida.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Decisiones díficiles

 La vida nos enfrenta a retos constantemente y desde que me convertí en madre hace ya 7 años he enfrentado decisiones un poco díficiles de tomar y una que constantemente aparece, y seguro aparece en la vida de muchas otras mujeres como yo, es:  ¿los hijos o la vocación profesional?  

Siempre en función de la situación la balanza se ha inclinado a un lado o a otro y siempre he sentido la dicotomía en mi interior.  Verdaderamente me encanta estar entre cajas de Petri y leer chorrocientos artículos para tratar de encontrar la razón por la que otra vez el experimento no salió y a la vez también disfruto el pasar tiempo en la cocina preparando la comida para todos o inclusive barrer.  No considero una actividad mucho más imporante que la otra por que cada una tiene su lugar evaluada dentro de su mismo contexto.  Para mí pasar el tiempo leyendo un artículo cientifico en casa no tiene importancia si se necesita lavar la ropa ni tampoco barrer la casa lo tiene si es necesario ir a muestrear suelo para un experimento. No he llegado allí de la noche a la mañana y de hecho ha sido un poco díficil por que durante toda mi educación académica se me educo para creer que se puede aspirar a ambas y hacer una excelentísima labor en ambos ámbitos sin afectar uno ni otro pero yo empecé a vislumbrar que eso no parecía ser posible, que si quería realmente tener una exitosa carrera como científico tenía que renunciar a la maternidad para dedicar todo mi tiempo y esfuerzo a mi carrera. Me predispuse a y fui mentalizandome para hacer mi maternidad de lado y traté de me mantenerme alejada de todos esos menesteres pero... cuando te toca te toca ni aúnque te escondas dicen por ahí y al final Di nació para revolucionar mi vida y hacerme crecer más y mostrarme lo gratificante y educativo que resulta tener a un pequeñito en tus brazos.  Inmediatamente me di cuenta que ahora tenía que reajustar mis aspiraciones profesionales y al finalizar la mestría me tome un tiempo para estar con mi peque y para decidir que hacer al respecto. Pasado ese tiempo volví a sentir el llamado de la vocación y regrese a estudiar el doctorado, amén de que de todas formas tenía que salir a buscar sustento para ambos.  Todo iba bien hasta que Ben decidió nacer y otra vez tuve que decidir que hacer, si repetir el mismo patrón de crianza que con su hermano y llevarlo a la guardería para poder terminar ya que no hacía falta mucho para ello o aventurarme a vivir su primer año de vida como había deseado hacerlo con su hermano. Ya comenté como terminó esta situación y sigo convencida que a pesar de no haber concluido el doctorado no siento que haya tomado una mala decisión. Veo la carita de mi bb y lo bien que fluye su continuum y lo mucho que nos hemos reencontrado Di y yo para restablecer el suyo y no puedo menos que pecar de orgullo por haber encontrado el valor para hacer lo que mi corazón me dictaba aún cuando para los demás haya sido una decisión inexplicable.

Sin embargo... hace unos meses recibí una oferta maravillosa:  estudiar el doctorado en el extranjero con sueldo de la universidad que me aloja con un excelente jefe y grupo de trabajo (el mejor con el que he trabajado en toda mi experiencia estudiantil).  Al principio con el puerperio a flor de piel y deseando ya por fin establecernos en un sólo sitio deseché la opción pero luego poco a poco mi vocación comenzó a renacer y Papá empezó también a hacer labor de convencimiento (sospecho que por allí habita en él un sentimiento de culpa por que no pude terminar el anterior).  Empezamos a sopesar todo lo que implicaba mudarnos a otro país y no muy convencida envié la documentación requerida.  Todavía recuerdo que durante el periodo de espera había días que ansiaba ser rechazada : P Finalmente la resolución llegó, el comité avaló la decisión y fui aceptada, comenzamos todo el papeleo necesario para irnos incluyendo los pasaportes y permisos de residencia (un proceso bastante estresante por lo ineficaz de la burocracia en nuestro país) y ya en el momento de la verdad resulta que:

1.- Papá tendrá que quedarse por un tiempo para entre los dos ir saldando las deudas que adquirimos en todo el proceso y para que encuentre él también un trabajo por allá.
2.- Los niños también por que no completamos para los depositos de renta y por que si será mejor ir sola para encontrar un buen sitio donde residir e irlo amueblando sin la presión del tiempo.

Esto último no me ha caido en gracia y he pasado muy malas noches pensando en que después de todo irnos es muy mala idea y he querido hasta tirar la toalla.  Me preocupaba lo mucho que podría afectar al bb mi partida sobre todo por que el aún toma teta y esta apegadísimo a mi pero en este fin de semana hicimos una prueba dejandolos a ambos solos con una tía suya y como ya ha tenido tiempo para familiarizarse con ella conseguí calmarme un poco y retomar el valor al ver que la cosa no pinta tan mal después de todo. Serán solo dos meses cuando mucho y Papá se hará cargo del bb (que es quien más me preocupa) por las tardes al salir de trabajar para suplir un poco mi ausencia y con internet en casa podré conectarme todos los días por skype para verlos y platicar con ellos. 

¿Significa esto que vamos a escolarizar? Para nada, ya empecé a planear todo y dejar dispuestas las actividades a realizar durante mi ausencia y para que mi hijo con ayuda de su tía y mi guía por skype podamos continuar con algunas actividades y en el largo plazo aún cuando vamos a viajar a un país con un sistema educativo muy parecido al de Finlandia no tenemos la menor de las intenciones de llevarlo a la escuela ya que nuestras razones para hacer EeF están bien arraigadas en nuestro estilo de vida y la única razón para llevarlo sería que me obligara el estado o que él me lo pidiera.  El pequeño tampoco irá a la guardería sino que estará al cuidado de su muy amorosa tía mientras yo este fuera.

Eso sí tendré que ser mucho más organizada para poder encontrar tiempo para todo.  Y por supuesto mis aspiraciones profesionales son mucho más humildes que hace unos años.  Ya no me creo que voy a conseguir salvar al mundo encontrando la cura para el cancér ni aspiro a la gloria de ganar el premio nobel (ya se que a veces no soy tan realista pero dicen que soñar no cuesta nada) sino que lo veo como una actividad que me hace crecer como persona y que me llena mucho a mi.  Si con el pasar de los años logra salir algún descubrimiento que verdaderamente impacté a la sociedad entonces me sentiré aún más satisfecha y orgullosa de mi profesión pero ese ya no es mi fin.  Mi intención es seguir mis dos vocaciones haciendo todo lo posible por equilibrarlas y sobre todo seguir educando a mis hijos en nuestros valores y estilo de vida para crecer aún más como familia.

¿Imposible?  Yo creo que si puedo visualizarlo entonces no lo es. Y como dijo el escritor Hermann Hesse

¡¡Por eso yo no dejo de intentarlo!!