viernes, 2 de noviembre de 2012

Decisiones díficiles

 La vida nos enfrenta a retos constantemente y desde que me convertí en madre hace ya 7 años he enfrentado decisiones un poco díficiles de tomar y una que constantemente aparece, y seguro aparece en la vida de muchas otras mujeres como yo, es:  ¿los hijos o la vocación profesional?  

Siempre en función de la situación la balanza se ha inclinado a un lado o a otro y siempre he sentido la dicotomía en mi interior.  Verdaderamente me encanta estar entre cajas de Petri y leer chorrocientos artículos para tratar de encontrar la razón por la que otra vez el experimento no salió y a la vez también disfruto el pasar tiempo en la cocina preparando la comida para todos o inclusive barrer.  No considero una actividad mucho más imporante que la otra por que cada una tiene su lugar evaluada dentro de su mismo contexto.  Para mí pasar el tiempo leyendo un artículo cientifico en casa no tiene importancia si se necesita lavar la ropa ni tampoco barrer la casa lo tiene si es necesario ir a muestrear suelo para un experimento. No he llegado allí de la noche a la mañana y de hecho ha sido un poco díficil por que durante toda mi educación académica se me educo para creer que se puede aspirar a ambas y hacer una excelentísima labor en ambos ámbitos sin afectar uno ni otro pero yo empecé a vislumbrar que eso no parecía ser posible, que si quería realmente tener una exitosa carrera como científico tenía que renunciar a la maternidad para dedicar todo mi tiempo y esfuerzo a mi carrera. Me predispuse a y fui mentalizandome para hacer mi maternidad de lado y traté de me mantenerme alejada de todos esos menesteres pero... cuando te toca te toca ni aúnque te escondas dicen por ahí y al final Di nació para revolucionar mi vida y hacerme crecer más y mostrarme lo gratificante y educativo que resulta tener a un pequeñito en tus brazos.  Inmediatamente me di cuenta que ahora tenía que reajustar mis aspiraciones profesionales y al finalizar la mestría me tome un tiempo para estar con mi peque y para decidir que hacer al respecto. Pasado ese tiempo volví a sentir el llamado de la vocación y regrese a estudiar el doctorado, amén de que de todas formas tenía que salir a buscar sustento para ambos.  Todo iba bien hasta que Ben decidió nacer y otra vez tuve que decidir que hacer, si repetir el mismo patrón de crianza que con su hermano y llevarlo a la guardería para poder terminar ya que no hacía falta mucho para ello o aventurarme a vivir su primer año de vida como había deseado hacerlo con su hermano. Ya comenté como terminó esta situación y sigo convencida que a pesar de no haber concluido el doctorado no siento que haya tomado una mala decisión. Veo la carita de mi bb y lo bien que fluye su continuum y lo mucho que nos hemos reencontrado Di y yo para restablecer el suyo y no puedo menos que pecar de orgullo por haber encontrado el valor para hacer lo que mi corazón me dictaba aún cuando para los demás haya sido una decisión inexplicable.

Sin embargo... hace unos meses recibí una oferta maravillosa:  estudiar el doctorado en el extranjero con sueldo de la universidad que me aloja con un excelente jefe y grupo de trabajo (el mejor con el que he trabajado en toda mi experiencia estudiantil).  Al principio con el puerperio a flor de piel y deseando ya por fin establecernos en un sólo sitio deseché la opción pero luego poco a poco mi vocación comenzó a renacer y Papá empezó también a hacer labor de convencimiento (sospecho que por allí habita en él un sentimiento de culpa por que no pude terminar el anterior).  Empezamos a sopesar todo lo que implicaba mudarnos a otro país y no muy convencida envié la documentación requerida.  Todavía recuerdo que durante el periodo de espera había días que ansiaba ser rechazada : P Finalmente la resolución llegó, el comité avaló la decisión y fui aceptada, comenzamos todo el papeleo necesario para irnos incluyendo los pasaportes y permisos de residencia (un proceso bastante estresante por lo ineficaz de la burocracia en nuestro país) y ya en el momento de la verdad resulta que:

1.- Papá tendrá que quedarse por un tiempo para entre los dos ir saldando las deudas que adquirimos en todo el proceso y para que encuentre él también un trabajo por allá.
2.- Los niños también por que no completamos para los depositos de renta y por que si será mejor ir sola para encontrar un buen sitio donde residir e irlo amueblando sin la presión del tiempo.

Esto último no me ha caido en gracia y he pasado muy malas noches pensando en que después de todo irnos es muy mala idea y he querido hasta tirar la toalla.  Me preocupaba lo mucho que podría afectar al bb mi partida sobre todo por que el aún toma teta y esta apegadísimo a mi pero en este fin de semana hicimos una prueba dejandolos a ambos solos con una tía suya y como ya ha tenido tiempo para familiarizarse con ella conseguí calmarme un poco y retomar el valor al ver que la cosa no pinta tan mal después de todo. Serán solo dos meses cuando mucho y Papá se hará cargo del bb (que es quien más me preocupa) por las tardes al salir de trabajar para suplir un poco mi ausencia y con internet en casa podré conectarme todos los días por skype para verlos y platicar con ellos. 

¿Significa esto que vamos a escolarizar? Para nada, ya empecé a planear todo y dejar dispuestas las actividades a realizar durante mi ausencia y para que mi hijo con ayuda de su tía y mi guía por skype podamos continuar con algunas actividades y en el largo plazo aún cuando vamos a viajar a un país con un sistema educativo muy parecido al de Finlandia no tenemos la menor de las intenciones de llevarlo a la escuela ya que nuestras razones para hacer EeF están bien arraigadas en nuestro estilo de vida y la única razón para llevarlo sería que me obligara el estado o que él me lo pidiera.  El pequeño tampoco irá a la guardería sino que estará al cuidado de su muy amorosa tía mientras yo este fuera.

Eso sí tendré que ser mucho más organizada para poder encontrar tiempo para todo.  Y por supuesto mis aspiraciones profesionales son mucho más humildes que hace unos años.  Ya no me creo que voy a conseguir salvar al mundo encontrando la cura para el cancér ni aspiro a la gloria de ganar el premio nobel (ya se que a veces no soy tan realista pero dicen que soñar no cuesta nada) sino que lo veo como una actividad que me hace crecer como persona y que me llena mucho a mi.  Si con el pasar de los años logra salir algún descubrimiento que verdaderamente impacté a la sociedad entonces me sentiré aún más satisfecha y orgullosa de mi profesión pero ese ya no es mi fin.  Mi intención es seguir mis dos vocaciones haciendo todo lo posible por equilibrarlas y sobre todo seguir educando a mis hijos en nuestros valores y estilo de vida para crecer aún más como familia.

¿Imposible?  Yo creo que si puedo visualizarlo entonces no lo es. Y como dijo el escritor Hermann Hesse

¡¡Por eso yo no dejo de intentarlo!!

2 comentarios:

Maribel dijo...

Qué decisión tan complicada y qué valiente eres.
Supongo que en la vida nos encontramos a veces con estos puntos de cambio tan grandes.
Yo vivo fuera de mi país y no es la primera vez, tiene sus ventajas y sus inconvenientes y es cierto que en algunos momentos es difícil. Pero todo puede ir bien cuando se cuenta con el apoyo de los más cercanos.
Te deseo lo mejor en esta nueva etapa.
Saludos

Ivett dijo...

Hola Maribel,

Gracias por las porras. Y si ha sido una decision muy dificil de tomar pero como tu dices toda decision tiene ventajas e inconvenientes y vivir fuera de tu pais tambien, yo me estoy enfocando en todo lo bueno y dandole la vuelta a lo que no me gusta tanto, jajaja.

Saludos para ti tambien