Una de las habilidades que espero desarrollar en mis hijos es la de aprender a cocinar. No sólo por lo educativo que puede resultar al medir y combinar los alimentos sino por que es una habilidad sumamente práctica. A mi no me enseñaron y en la adolescencia disfrutaba viendo programas de cocina o leyendo libros y así al menos aprendí los términos e hice uno que otro intento principalmente en respostería y panadería pero no en comida propiamente dicha. Al final de mi carrera me mudé a otra ciudad y comencé a vivir sola y entonces si que tuve que poner en práctica mis conocimientos teóricos pero no ha sido sino hasta ahora cuando verdaderamente he podido "florecer en la cocina", jajaja.
Y no es que no me gustase ya desde niña sino que siempre usaba el pretexto de no tener tiempo para ponerme a ello, pero ahora con una familia que alimentar existe esa necesidad de sacar el tiempo y perder el miedo. A veces no me salen "mis experimentos" (así los llama Papá), pero aún así me encanta probar recetas nuevas y disfruto mucho estando en la cocina. A mis dos hijos también le gusta, el mayor es mi pinche y me asiste principalmente pasándome las cosas o a veces entreteniendo al bb y el bb siempre esta observando todo (y picoteando de vez en cuando, jejeje). No siempre es todo color de rosa, hay veces en que ando muy apurada y ellos están muy inquietos y en esos momentos casi siempre opto por enviarlos a la sala a jugar. Hay días en que el mayor tiene la oportunidad de hacer casi todo en alguna receta y soy la que se convierte en su pinche. Hoy les comparto uno de esos días preparando Pizza de champiñones con peperoni para la cena
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